LA IMAGEN
La actual imagen, del escultor sevillano José Manuel Rodríguez Fernández-Andes, vino a sustituir a la perdida en la Guerra Civil, magnífica obra de Francisco Salzillo, fechada hacia 1770 y considerada por algunos estudiosos como una de las mejores obras que labrara.
Fernández-Andes resuelve con maestría la ejecución de las siempre complicadas réplicas. La Invicta destaca por la espectacularidad y majestuosidad de todo su conjunto. El rostro de la imagen, cuenta con la dulzura e inocente belleza de las obras marianas del escultor sevillano.
La Virgen se halla envuelta en un manto que asciende por su cuerpo y que vuela con naturalidad. Así los pliegues del ropaje están resueltos magistralmente. Un ángel recoge el manto a los pies de la Virgen, rodeándola la prenda por la espalda hasta su hombro izquierdo, donde lo sostiene con las manos. El tocado, para acrecentar el dinamismo de la imagen, vuela sobre el hombro derecho.
La Imagen se asienta sobre una esfera, sobre la que revolotean cuatro ángeles, cada uno con una misión. Uno de ellos, como hemos señalado, porta el manto de María, al otro lado uno porta una Torre (Torre de David), a los pies de este uno que porta una cinta que reza "TOTTA PULCHRA ES MARIA" (símbolo de la Inmaculada Concepción) y el último un Vaso (Vaso Espiritual).
La Invicta llegó a Hellín y Convento Franciscano, el 25 de julio de 1941, donde fue entronizada en su camarín, en el cual, hoy la podemos encontrar.